Este juego recrea la batalla que fue, perdonen el atrevimiento, con seguridad la más importante de la Reconquista, y que tuvo un carácter de cruzada impulsado por el arzobispo de Toledo, Jiménez de Rada, y a la que acudieron cristianos no solo de la totalidad de los reinos peninsulares, sino que también acudieron a esta llamada aguerridos soldados de distintos lugares de Europa.
En 1212, Alfonso VIII decidió que era el momento de tomarse la venganza por la derrota que unos años antes había sufrido en Alarcos a manos de los almohades. Estos habían llegado a la Península desde el Magreb con unas estrictas normas religiosas, sometiendo a los andalusíes y a su administración a ellas, con intención de expandir el Islam hacia los territorios cristianos. En aquellos momentos, la Península estaba repartida entre cinco reinos cristianos: Castilla, León, Aragón, Portugal y Navarra. Sin embargo, estar vinculados cristianamente no hacía de estos reinos un todo unificado y de respeto mutuo, sino que entre ellos estaban enfrentados y cada uno tenía sus propios intereses. Alfonso VIII de Castilla solicita la bula de cruzada para la campaña contra el musulmán y asegurarse así, si no la participación de estos otros reinos, al menos no resultar atacado por la retaguardia con motivo de su partida hacia el sur. El papa concede el carácter de cruzada a esta acción, lo que provoca que acudan caballeros y reyes de otros reinos y lugares de Europa, además de sus vecinos peninsulares.