Avenida es un juego familiar muy rápido, que además tiene la ventaja de poder ser jugado por mucha gente al mismo tiempo. El objetivo es diseñar una red de caminos entre las ciudades de un mapa predefinido para atravesar el máximo de racimos de uvas. El problema es que no se sabe exactamente el orden de salida, ni de los caminos, ni de las ciudades, un contratiempo que dejará a todos los jugadores bastante confusos, echando humo pensando en cómo conseguir ese vino.
Avenida es un puzzle donde es necesario planificar a largo plazo de forma organizada. La sutileza de que todos los jugadores tengan frente a ellos el mismo problema y opten por seguir diferentes direcciones hace el juego muy divertido e inmersivo.