Zambullirse y causar confusión: ¡eso es lo que más les gusta a estos roedores!

Intercambia las cartas que tienes delante de forma inteligente y acaba la ronda con los valores más bajos posibles. Parece fácil, pero este juego tiene truco: todas las cartas están boca abajo y tendrás que intentar recordarlas.

Además, las cartas especiales mezclarán las cosas… Así que tu reto es mantener la calma y terminar la ronda en el mejor momento. El jugador con menos puntos después de varias rondas gana la partida. ¡Un clásico imprescindible!