Donning the Purple es un juego asimétrico para 1 a 3 jugadores que se desarrolla a lo largo de 4 rondas en las cuales los jugadores tendrán que conseguir la mayor cantidad posible de puntos de victoria. Hay 3 roles iniciales bien definidos: el emperador, el heredero, y el senador, cada uno con un inicio de partida diferente. No obstante, debido a las acciones de los jugadores, los roles irán cambiando durante la partida. El emperador dispondrá de poderosas acciones exclusivas como el reclutamiento y movimiento de las legiones; el heredero estará siempre presto a conspirar con el senado para eliminar al emperador y heredar su cargo; el jugador que controla el senado podrá modificar las prioridades de construcción del imperio para perjudicar a sus rivales, etc. El juego ofrece además una modalidad avanzada en la que cada tablero de jugador tiene bonificaciones diferentes al construir monumentos.
Cada ronda de juego sigue una secuencia que se repite, y que tendrá gran impacto tanto en el mapa general como en el precio del grano, el movimiento de los enemigos, las hambrunas, etc. En primer lugar, los enemigos aparecerán en el imperio y se moverán hacia las capitanes de las 4 regiones del mapa. Si al final de un turno las 4 capitales están ocupadas o todos los enemigos están el mapa, todos los jugadores habrán perdido. Luego llegará el momento de cosechar el grano en aquellas regiones productoras libres de enemigos; el emperador deberá estar atento pues el pueblo podría volverse contra él si la hambruna azota al imperio. Una serie de eventos tendrán lugar después: terremotos, hordas de enemigos, muertes accidentales… los jugadores tendrán que enfrentarse a todos los eventos y condiciones cambiantes del juego realizando acciones, tales como el movimiento de su personaje para bloquear la llegada de nuevos enemigos, construcción de monumentos y edificios para mejorar su economía o incluso tratar de ocupar puestos en el senado o incluso lleva a cabo intentos de asesinato contra el emperador.
El senado decidirá qué edificios se deben colocar cada ronda, y habrá que distribuir la comida y recaudar impuestos (ambas tareas dependientes del emperador). Por último, se comprobarán las condiciones de victoria.
Todo esto no sería nada si no fuera por las cartas de conjura o complot: los jugadores podrán utilizar todo tipo de tretas durante la partida para perjudicar a sus rivales o aventajarles cuando menos lo esperan ¿que tal subir el precio del grano justo cuando las arcas del emperador están casi vacías, para provocar una revuelta popular? ¿hay un molesto senador que te impide controlar el senado?, no hay problema, ha llegado el momento de “jubilarlo” anticipadamente. El heredero parece no ser digno de tal título… ha llegado el momento de nombrar a uno nuevo… hay gran cantidad de variedad de cartas de complot que convertirán la partida en un toma y daca permanente.