Normalmente, en los juegos no se permite hacer trampas. Pero, en este juego… ¡Sí! Se trata de ser el primer jugador en deshacerse de todas las cartas y, para ello, tendréis que ser ingeniosos a la hora de descartarlas y muy hábiles haciendo trampas.
El abejorro tramposo
13,95€
Descripción
El abejorro tramposo es un juego de rapidez y trampas para 3-5 jugadores, en el que tendrás que deshacerte de todas las cartas de tu mano para ganar. Empieza la partida sacando la carta de polen y colocándola al alcance de todos los jugadores; a continuación, pon una carta de langosta entre cada dos jugadores y saca la carta del gusano guardián. Baraja el resto de las cartas y repártelas a todos los jugadores. Colocas el resto de cartas boca abajo en una pila en medio de la mesa, dando la vuelta a una de ellas. Ahora está todo listo para comenzar la partida.
Siguiendo el orden de turno, cada jugador tiene que jugar una carta que debe mostrar una flor que tenga, como mínimo, uno de los colores de la flor de la carta superior de la pila de descarte. No importa qué parte de la flor muestre el mismo color. Siempre hay dos posibles colores que puedes jugar, por ejemplo: sobre una flor azul y roja, solo se puede jugar una flor que muestre el color azul, el rojo o ambos colores. Hay cartas normales de flores y cartas de acción. Entre cada jugador y su vecino, debería haber colocada una carta de langosta. En cualquier momento durante la partida, los jugadores pueden intentar robar las langostas de los jugadores sentados a su lado.
Cuando alguien roba una langosta al vecino, si este se da cuenta, puede reclamarla siempre que aún no se haya jugado ninguna otra carta en la pila de descarte (de hecho, si la siguiente carta jugada es una carta del propio ladrón, el robo debe permanecer oculto una carta más para considerar que ha tenido éxito). Cuando alguien juega una carta de abeja polinizadora, este jugador debe decir: ¡Polinización!, coger la carta de polen, e intentar tocar otro jugador con ella. Si lo consigue, el jugador que ha sido tocado con el polen debe robar dos cartas del mazo. Otra carta de acción son las avispas, en las que hay que fijarse bien: si la avispa no tiene aguijón, todos los jugadores menos el que ha jugado la carta han que golpear la carta lo más rápido posible, y el último en hacerlo recibe una carta de todos los demás jugadores. ¡Pero cuidado! Si es una avispa que tiene aguijón, el primer jugador que se confunde y la golpea recibe una carta de los demás jugadores (y si estáis todos muy atentos y nadie la golpea, el juego sigue).
Otras cartas son las telarañas y las arañas. La telaraña se puede jugar sobre cualquier carta (independientemente de los colores). Luego, el siguiente jugador tendrá que jugar una carta que muestre una araña; si no tiene ninguna, deberá robar una carta del mazo y el turno pasará al siguiente jugador, que también tendrá que jugar una araña… y así hasta que alguien juegue una araña. La ultima carta de acción posible es la mariposa. Cuando un jugador juegue esta carta, este jugador puede entregar una carta de su mano a cualquier otro jugador. Encima de las acciones locas, hay que hacer ¡TRAMPAS! Hay una carta que no se puede jugar en la pila: el abejorro tramposo. Aprovechando el caos de las cartas de acción, los jugadores deberían intentar deshacer de los abejorros tramposos que tengan en la mano. Hay que ser muy sigiloso porque uno de los jugadores es el ¡gusano guardián! El gusano guardián vigila para pillar a los demás jugadores haciendo trampas y cuando pilla uno, dice «¡Te pille!» Si ese jugador estaba haciendo trampas, tiene que recoger las cartas de su trampa y se convierte en el gusano guardián. Para una experiencia de juego frenético y con muchas risas, juega la polilla tramposa para por fin poder hacer trampas ¡siguiendo las reglas del juego!